un folleto publicado por
Publicadora Lámpara y Luz
El término carismático viene de la palabra griega charisma. En el Nuevo Testamento esa palabra se traduce "dones", como en 1 Corintios 12.4, 31.
El movimiento carismático es un movimiento nuevo, parecido al pentecostal, pero se ha desarrollado aparte de la denominación pentecostal. Su enseñanza básica es el admitir la existencia de dos clases de cristianos: los que son cristianos ordinarios y los que recibieron el bautismo del Espíritu, acompañado de dones espirituales. Esta enseñanza da importancia especial al don de lenguas.
La Biblia nos exhorta: "Examinadlo todo" (1 Tesalonicenses 5.21). Este examen de todo tiene que ser hecho a la luz de la palabra de Dios. Ningún movimiento puede ser de Dios si no es bíblico. He aquí cinco razones por las cuales no podemos aceptar el movimiento carismático.
1. El movimiento carismático tiene una doctrina falsa sobre el bautismo del Espíritu
Por enseñar que uno puede ser un cristiano nacido de nuevo y, con todo, no tener el bautismo y los dones del Espíritu, contradice la clara enseñanza de la Palabra de Dios. La Biblia enseña que al nacer de nuevo uno es nacido del Espíritu (Juan 3.3 6; Efesios 1.13). La Biblia enseña que "si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él" (Romanos 8.9). La Biblia enseña que todo cristiano tiene el Espíritu y que el mismo Espíritu se manifiesta por los dones que él da (1 Corintios 12.7,13). La única manera de llegar a ser cristiano es nacer de nuevo por el Espíritu Santo, y ser limpio por la sangre de Cristo. Al nacer de nuevo, Dios da dones espirituales por el Espíritu Santo.
El movimiento carismático prospera, halagando a gente inconversa con decirles que ya son cristianos. Se les dice que lo que les falta ahora es sólo una "segunda obra" o el "bautismo del Espíritu".
2. El movimiento carismático es deficiente en la doctrina sobre la iglesia
Por concentrarse en la experiencia y el ejercicio de los dones espirituales, el movimiento carismático pasa por alto el verdadero propósito de estos dones. Ese propósito es: "que la iglesia reciba edificación" (1 Corintios 14.5).
Gran parte de la actividad de los carismáticos se lleva a cabo afuera de sus iglesias locales. Tienen por característica el quejarse de la frialdad, la apatía, la formalidad, y la organización de sus propias iglesias. No soportan estar bajo la supervisión y la autoridad de la iglesia, sino prefieren la emocionante exhibición de los dones. En muchas ocasiones todos ejercen su don sin respeto a los demás, a pesar de la norma bíblica que dice que dos o tres hablen por turnos y que los demás escuchen y aprendan (1 Corintios 14.26,33).
A un carismático se le preguntó si él era miembro de alguna iglesia local.
No dijo, yo soy libre para ministrar a todo el cuerpo de Cristo.
Otro joven carismático, cuando un amigo cristiano le exhortó que fuera a la iglesia, contestó:
No tengo porqué ir a la iglesia; yo soy la iglesia.
¿Donde está, entonces, la enseñanza del Nuevo Testamento sobre la iglesia local, la iglesia disciplinada, la iglesia que practica las ordenanzas, la iglesia separada del mundo, la iglesia obediente?
Jesucristo claramente declaró su propósito: "Edificaré mi iglesia" (Mateo 16.18). Repetidamente Pablo dijo a los carismáticos de Corinto que las cosas principales deben tener prioridad. En vez de hablar en lenguas todos a la vez, se debía ejercer los dones que edifican a la iglesia.
Prestemos atención a los siguientes comentarios de la santa palabra de Dios: "El que profetiza, edifica a la iglesia ... para que la iglesia reciba edificación.... Procurad abundar en ellos [dones espirituales] para edificación de la iglesia.... [Si usted habla lo que nadie entiende,] el otro no es edificado.... Hágase todo para edificación" (1 Corintios 14.4, 5, 12, 17, 26).
Los carismáticos especializan en elevar las emociones, pero no se preocupan de edificar la iglesia local. Pero ése es el mandato de Cristo y ése es el objetivo del cristiano verdadero: ganar almas y edificarlas en la iglesia. Ninguna actividad ni ejercicio, no importa cuán emocionante sea, puede tomar el lugar de la edificación de la iglesia.
3. El movimiento carismático apoya una unión ecuménica promiscua
El énfasis que los carismáticos ponen en los dones los sujeta a una manía ecuménica: ellos pueden juntarse con los católicos, los protestantes, o con cualquier secta, con tal que el tema mayor sea siempre los dones.
Veamos una actitud típica carismática: James Buckingham, un líder carismático, habló en la convención de vendedores de libros cristianos (Christian Booksellers' Convention) en el año 1979. Dijo: "Nos necesitamos mutuamente. Creo que el Señor quiere que derribemos esas divisiones que hemos levantado entre nosotros para que así los católicos, los protestantes, los pentecostales, los fundamentalistas, los carismáticos, y los liberales puedan unirse como parte del cuerpo de Cristo, edificando el uno al otro."
Una cosa tienen en común los católicos, los protestantes, los pentecostales, los mormones, los fundamentalistas, y hasta las religiones paganas: Todos ellos buscan señales. Jesús dijo: "La generación mala y adúltera demanda señal" (Mateo 12.39).
Las religiones paganas, los faquires mahometanos, los lamas del Tíbet y los brujos del frica, pueden todos producir sicológicamente o por autohipnosis o por obra diabólica lo que el Antiguo Testamento describe en Isaías 8.19: "Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando." Las señales, en vez de ser prueba de la verdad, pueden resultar en decepción, así como Jesús dijo: "Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad" (Mateo 7.22, 23).
En Costa Rica, un misionero evangélico encontró a un sacerdote católico que pretendía hablar en lenguas, pero nunca había oído del nacimiento nuevo. Una revista carismática católica anuncia que el papa favorece las experiencias carismáticas porque ¡llevan a una más alta devoción a la iglesia, a los sacramentos, y a María! En el año 1982 en Costa Rica, durante seis horas que duró una convención renovadora carismática, 25.000 católicos testificaron de señales y curaciones, ¡y de renovada veneración a la Virgen María! ¿No será esto parte de una gran red lanzada para agarrar muchos peces y llevarlos a Roma?
La publicación católica carismática New Covenant (El nuevo pacto), en mayo de 1972 declaró:
La presencia del movimiento carismático entre nosotros se dice haber marcado una nueva era en el desarrollo del cristianismo ... desde la cual nacerá en el mundo cristiano una tercera fuerza [protestante-católica-pentecostal].
En las convenciones religiosas más populares en nuestros días se reúne una multitud de protestantes, católicos, pentecostales, y los de toda clase de secta. Si se les llama la atención a esta confusión ecuménica, recordándoles que Babilonia fue siempre un sistema de confusión, ellos lo acusan a uno de blasfemar contra el Espíritu. Pero todavía es cierto lo que Pablo escribió a los de Corinto: "Dios no es Dios de confusión" (1 Corintios 14.33). Si usted se encuentra enredado en esta confusión, escuche el mandato de Dios para estos últimos tiempos: "Salid de la gran Babilonia" (Apocalipsis 18.1, 4).
El 7 de febrero de 1981, un diario americano (Repository de Canton, Ohio) informó sobre una reunión cumbre de los carismáticos en Dallas, Texas, EE.UU.:
La convocación cumbre de los EE.UU. que duró tres días fue promovida por los cinco ancianos de la ciudad: el R. Ted Nelson, episcopal; el R. Bob Cavnar, católico; el R. Paul Morrell, metodista; el Dr. Everitt Fjordback, asamblea de Dios; y el R. Morris Sheats, bautista.... La estadística del año pasado muestra que tres millones de americanos se unieron al movimiento [carismático].... Los líderes carismáticos dicen que están poniendo menos énfasis en los dones y más en la unidad espiritual.... En octubre, el Papa Juan Pablo II escogió la ciudad de Dallas para producir un programa televisado para que él se diera cuenta del desarrollo y del rumbo del movimiento.
4. El movimiento carismático siembra división en las iglesias bíblicas
Para poder llevar a cabo sus aspiraciones ecuménicas, el movimiento carismático siembra desunión en las iglesias bíblicas y arroja sus miembros al sistema babilónico de confusión. Claramente se ve que la iglesia de los corintios tenía el mismo problema de divisiones y contiendas: "Os ruego, pues, ... que no haya entre vosotros divisiones.... Hay entre vosotros contiendas.... Habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales?... Pues Dios no es Dios de confusión" (1 Corintios 1.10, 11; 3.3; 14.33).
Cuando los carismáticos se presentan en una iglesia, poco a poco procuran infectar con sus doctrinas a todos cuantos puedan. Los que se dejan ser atrapados, ponen cada vez más énfasis en la experiencia propia y dejan a Cristo a un lado, negándole su lugar en sus vidas. Comienzan a participar en las convenciones y en las reuniones carismáticas. Estas personas siguen persuadiendo a los miembros de sus propias iglesias para que dejen los cultos y participen en sus grupos especiales. Al fin se apartan de la iglesia y se envuelven en un grupo carismático, llevando consigo cuanta gente puedan.
A continuación damos unos ejemplos del espíritu de división que el movimiento carismático produce:
Cuando el movimiento carismático se infiltró en una comunidad cristiana de Florida, EE.UU., se apartaron miembros de diferentes iglesias para formar su propia iglesia. En esta iglesia las reuniones siguen hora tras hora, pero muchas veces se vuelven tan emocionantes que ni aun hay tiempo para un mensaje.
Otro grupo cristiano fue alcanzado por la influencia carismática cuando algunos de los líderes pretendieron haber recibido el don especial del discernimiento. Ellos pasaron de iglesia a iglesia interrogando y examinando a los creyentes y excomulgando a los que no estaban de acuerdo con sus ideas, a base de que "su espíritu no está de acuerdo con nuestro espíritu". A ministros piadosos y a miembros que dudaron de esta actuación, les impusieron silencio o los pusieron en prueba. Así las iglesias fueron divididas y las familias separadas. Resultó gran confusión.
Un evangelista que pretendió tener el don de discernimiento, y el poder de echar fuera demonios, llegó a otra iglesia cristiana para una serie de predicaciones. Sus mensajes continuamente volvían a la posesión de demonios y el ser oprimido por ellos. Algunos miembros débiles comenzaron a confesar que ellos ciertamente se habían enredado en esta fuerza demoníaca. Usaron grabadoras para hacer oír voces de demonios. Jóvenes fueron adiestrados en cómo adivinar por medio de los espíritus lo que hacían y pensaban otras personas. ¿El resultado? La iglesia se dividió en tres partes. ¡Hasta abandonaron el edificio y lo vendieron! La gente se esparció.
En el estado de Tennessee, EE.UU., los carismáticos se metieron en una comunidad rural para tener estudios bíblicos en las casas. Así comenzaron a doctrinar a los miembros de la iglesia allí. Ahora la iglesia está dividida, y hay confusión e inseguridad.
5. El movimiento carismático produce la emoción, pero no produce el fruto del Espíritu
A la iglesia de Corinto, Pablo escribió: "Nada os falta en ningún don" (1 Corintios 1.7). Pero, ¡qué mezcla carnal de confusión y conflictos era aquella iglesia! El problema que ellos tenían no era que les faltaban dones, sino que se gloriaban en el ejercicio de sus dones. Al mismo tiempo estaban enredados en la inmoralidad y la confusión. Todo esto se puede notar leyendo la primera epístola a los corintios y fijándose como Pablo tenía que explicarles que los dones sin el amor son vanos y engañosos. Primera de Corintios 13.1 dice que el ejercicio de lenguas sin el fruto del Espíritu, el amor, es un sonido sin sentido.
La iglesia de Corinto daba énfasis al don de lenguas así como lo hacen los carismáticos. Pablo los reprendió por el desorden, la contienda, la carnalidad, la soberbia, la falta de disciplina en la iglesia, y por considerarse mejores que los demás. Todas estas cosas caracterizan el movimiento carismático de nuestros días. Esto no puede ser un avivamiento del verdadero Pentecostés. ¡Es un avivamiento de la confusión de los corintios!
La iglesia bíblica se caracteriza por el fruto del Espíritu (amor, gozo, paz, etc.), la decencia, el orden, la disciplina, y la correcta práctica de las ordenanzas, como está escrito en: 1 Corintios 3.4; 6.18, 20; 10.20, 21; 11.1, 2; 13.1; 14.12, 33, 40.
Pablo claramente dice que la mujer debe llevar la cabeza cubierta y estar callada en la iglesia. Pero, ¿qué vemos en el movimiento carismático? Vemos a esposas mandonas, mujeres con cabello cortado, predicadoras... ¡Qué diferente de la enseñanza bíblica dada en 1 Corintios 11.1, 16 y 1 Corintios 14.27, 35! Ningún movimiento que pase por alto o contradiga la Biblia puede ser de Dios.
La gente con problemas de nervios y disturbios emocionales es atraída al movimiento carismático. La excitación emocional, la variedad, la apariencia de las señales sobrenaturales, la música hipnótica con su pesado y rítmico sonido, las mismas palabras repetidas muchas veces hasta poner a uno en trance... Todo esto es muy atractivo a la persona inmatura o inestable.
En los siguientes párrafos damos algunos ejemplos de cómo el movimiento carismático produce la emoción, pero no produce la obediencia a la Biblia, ni el fruto del Espíritu:
En Canadá, varios miembros de una iglesia fueron engañados por el movimiento carismático. Las hermanas dejaron de usar el velo porque una de ellas tuvo un sueño en que se decía que Dios ya no exigía que se cumpliera 1 Corintios 11. Así dejaron la clara enseñanza de la Biblia para seguir los sueños. De tales personas, Dios dice: "Yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, y los cuentan, y hacen errar a mí pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié ni les mandé" (Jeremías 23:32).
El presidente de una universidad menonita apóstata, cuando le preguntaron por qué dejaba que sus alumnos fueran sujetados a la influencia de los carismáticos, respondió: "Bueno, ellos tienen que experimentar algo. Vivían en un vacío espiritual."
En una reunión carismática en Nueva York, EE.UU., una mujer se puso en pie y con gran emoción citó una oración católica en español (aunque ella no la entendía): "Ave María, madre de Dios". Al instante se levantó un señor y dio la supuesta interpretación: "El Espíritu Santo dice que Jesús viene el año que entra". A los dos, la emoción los hizo engañarse. Dice Zacarías 10.2: "Los adivinos han visto mentira, han hablado sueños vanos".
En Nueva York, EE.UU., un grupo de lingüistas fue invitado a una reunión carismática para escuchar una demostración de lenguas. Se asombraron de lo que oyeron. Los que hablaban en lenguas maldecían a Jesús en muchos diferentes idiomas. Pablo escribió a los corintios: "Nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema [maldice] a Jesús" (1 Corintios 12.3). Personas que vacían su mente y se dan a cualquier influencia que les sobrevenga, se abren a toda clase de espíritu engañador. Dios dice: "Falsamente profetizan los profetas en mi nombre; ... vanidad y engaño de su corazón os profetizan" (Jeremías 14.14).
Después de una reunión, la gente fue convidada aparte para recibir instrucción especial de cómo hablar en lenguas. El instructor les dijo que repitieran continuamente y siempre más rápidamente la palabra gloria, gloria, gloria, hasta que la lengua empezara a decir: Gloc, gloc, gloc. Eso sería la "prueba" de que ellos tuvieran "el bautismo".
Kurt Koch, en el libro Charismatic Gifts ("Dones carismáticos"), narra como habló con tres jóvenes de pelo largo que tenían el "don" de lenguas. Los desafió a que oraran de esta manera: "Dios, si esto no es el don verdadero de lenguas, quítanoslo". Cuando después de unos días volvieron a él, tenían el pelo corto, ejercían su sano juicio, y contaban que el Señor les había quitado esos dones falsificados. Los tres deseaban estudiar la Biblia para poder evitar otros engaños.
¿Nos atreveríamos a decir que estas maneras de portarse son el don del Espíritu Santo descrito en Hechos 2? Allí cada uno que hablaba en lenguas se oyó hablar en idioma conocido e inteligible. ¿O será esto un tipo de mecanismo emocional que da alivio al que habla, pero no edifica al oyente? Con relación a estas cosas Pablo dice: "Si por la lengua no diereis palabra bien comprensible, ¿cómo se entenderá lo que decís? Porque hablaréis al aire.... En la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida.... Si no hay intérprete, calle en la iglesia" (1 Corintios 14.9, 19, 28).
He aquí un resumen de las razones para no aceptar el movimiento carismático:
Usted no necesita luchar desesperadamente y ser adiestrado para poder recibir los verdaderos dones del Espíritu. La Biblia dice: "Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere" (1 Corintios 12.11).
Los dones genuinos del Espíritu incluyen cuatro dones de señales: los milagros, la sanidad, las lenguas, y la interpretación de lenguas; cinco dones de hablar: la profecía, la enseñanza, el conocimiento, la sabiduría, la exhortación (o el saber aconsejar); y seis dones de servicio: la fe, el discernimiento, el gobierno (o la administración), el saber ayudar, el dar, y la misericordia. Esos dones se definen en Romanos 12.6, 13; 1 Corintios 12.13, 14; Efesios 4.8, 16; 1 Pedro 4.8, 11; Hebreos 2.3, 4, y en otros pasajes.
Lo que identifica un don genuino es el hecho de que está acompañado por el fruto del Espíritu, y es usado para la edificación de la iglesia. Si estas características no están presentes en los que parecen estar ejerciendo estos "dones", ellos están viviendo en desobediencia a la palabra de Dios. A esas personas Cristo les dirá: "Nunca os conocí".
Si usted es nacido de nuevo, no se deje persuadir por nadie de que usted no tiene dones espirituales. Si no está seguro cuál sea su don particular, pregúnteselo a varios íntimos amigos cristianos. Ellos lo sabrán. Entonces empiece a ejercer este done con más confianza, con el fin de edificar la iglesia.
Muchas personas son tentadas a envolverse en el movimiento carismático porque dejan a Satanás sugerirles que "no son apreciadas" y "no son usadas". Si el don que usted tiene realmente es de Dios, él lo manifestará a la iglesia, y usted será usado. Por otro lado, si usted piensa que es llamado a ser predicador, pero todos sus amigos ven que su don es más bien de ayudar en las cosas de la iglesia, no desprecie este testimonio que el Espíritu le está dando por medio de ellos. Ejerza el don que Dios le dio.
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